Acaban de sonar once campanadas.

Me quedan 60 minutos para publicar el último artículo del reto #Blogtubre: publicar cada día de octubre una entrada en algún blog.

La verdad es que compaginarlo con el trabajo y la vida familiar (con dos peques) no ha sido fácil.

Había días que estaba tan agotado que no tenía ni pizca de ganas de escribir. Pero lo hacía. Me había comprometido con mis seguidores de Twitter pero sobre todo me había comprometido conmigo mismo.

En los momentos más bajos, volvía a leer los 10 pasos para convertirse en un mejor escritor de Brian Clark.

"10 pasos para convertirte en un mejor escritor" por Brian Clark

Llevo años con la idea en la cabeza de escribir, de intentar ganarme la vida escribiendo (al menos, en parte).

Pero… ¿de qué sirve tener esa imagen de uno mismo si las acciones no se corresponden con los deseos?

Si quiero ser escritor, tengo que escribir cada día. Eso es impepinable.

Gracias al reto entre escritores que nos pusimos en el episodio 3 de zetatesters, empecé a escribir cada día. Al cabo de una semana me apunté además al reto de #blogtubre.

He cambiado el «tengo que escribir» por el «escribo cada día». Esto me recuerda una cita genial, atribuida a Woody Allen, que dice así:

"Las cosas no se dicen, se hacen, porque al hacerlas se dicen solas" - Woody AllenSomos lo que hacemos, no lo que decimos que vamos a hacer. Nuestras acciones dicen mucho más acerca de nosotros que nuestras palabras.

En El poder de la frecuencia. Reflexiones sobre adquirir el hábito de escribir a diario compartí algunas de las cosas que me estaba aportando publicar a diario. Ahora quiero añadir algunas otras reflexiones sobre el reto de #blogtubre…

  • La parte final se ha hecho pesada. Es un clásico: poco antes de acabar un reto o proyecto nos entra el momento de bajón. En las maratones creo que ocurre en el kilómetro 40. Los últimos cuatro días de #blogtubre han sido los peores.
  • Me enrollo demasiado. Al no tener tiempo para editar, muchos de mis artículos han quedado muy largos. ¡Qué paradoja! Con poco tiempo me enrollo más. Pero es que precisamente al tener que publicar a diario no puedo dejar reposar los textos ni aplicar la tijera.
  • Escribe y calla. Da lo mismo si estaba cansado, de mal humor o no me apetecía. Tocaba escribir cada puto día y punto. En la línia de lo que Seth Godin promulga: Ship it!
  • La ausencia de feeback asusta. En la primera quincena no tuve apenas feedback sobre lo que escribía. Sí que veía cómo la gente compartía los artículos pero eso pasa habitualmente. Al no decir nada nadie pensaba que quizá no gustaba lo que escribía. Luego me iba enterando de que sí que me leía gente y que, en general, gustaban los artículos.
  • Vivan los «small wins«. A partir de la segunda quincena empecé a recibir algún feedback  y eso me fue animando. Agradezco mucho los ánimos que me enviaron algunas personas, eran el mejor combustible para seguir adelante.
  • Aprovechar cualquier idea. Un comentario en Twitter, un artículo de revista o un mensaje de correo me servían de inspiración para el próximo artículo. Me agarraba a un clavo ardiendo con tal de sacar temas para escribir.

Resumen de mi #Blogtubre

32 artículos publicados en:

  • Chromecasteando: 11
  • Presentástico: 7
  • Zetatesters: 14

28.760 palabras en un mes. O sea, una media de 900 palabras al día.

Mi libro sobre Chromecast tiene 22.934 palabras y lo escribí en nueve meses. Unas 85 palabras de media. Está claro que hubo épocas en las que no escribí durante semanas. También que iba publicando artículos en alguno de mis blogs (y no computan en el recuento del libro).

Me pregunto si sería capaz de escribir un libro en un mes. 28.000 palabras y después de hacer una revisión profunda, le quito un 20% y me quedan 22.400 que es casi lo mismo que mi libro de Chromecast.

Bueno, vale. No creo que pudiera mantener el ritmo de #blogtubre pero el hábito de escribir a diario pienso mantenerlo. Supongamos que escribo 300 palabras al día, algo fácilmente asequible. Entonces en tres meses tengo el borrador de un libro de 27.000 palabras, que para un ebook está más que bien.

Da que pensar, ¿no crees?