Adquirir el hábito de escribir cada día

Foto de image-catalog (BY CC)

“Imagina que no tienes que trabajar porque tienes resuelto el tema económico. ¿A qué dedicarías tu tiempo?”.

Esta pregunta me la hizo Eva Snijders, una gran storyteller y también coach de orientación profesional. Fui a verla hace tres años porque tenía una crisis de identidad profesional bastante fuerte.

No tardé ni medio segundo en responder:

“Escribir”.

Eva se sorprendió de mi rapidez y seguridad al contestar y me ayudó a darme cuenta de que escribir es una de mis mayores prioridades. También me hizo descubrir formas en las que podría compaginar esta pasión con otras obligaciones laborales o familiares.

Hace ocho años que escribo en blogs y no recuerdo desde cuándo que quiero publicar libros. Con los blogs he sido bastante irregular, he empezado varios que he acabado abandonando. En Presentástico, que sigue vivo, estuve casi tres meses seguidos publicando cada día un artículo. Más tarde publiqué sólo tres artículos durante un año, después estuve un año entero sin publicar nada.

Quiero ser un bloguero regular y me cuesta lograrlo. Quiero publicar libros desde hace años pero sólo he publicado uno. Te cuento esto porque a pesar de que escribir es seguramente lo que más me gusta hacer, no tengo adquirido el hábito de escribir a diario. Sé perfectamente que sin este hábito será complicado lograr mis objetivos.

1. Reducir el reto

A raíz del episodio de zetatesters 03 en el que hablamos sobre hábitos y small wins, empezamos el reto de escribir al menos cinco minutos cada día junto con Dani Amo y Marc Alier. Propuse sólo cinco minutos porque sabía que sería más fácil conseguir el hábito si lo reducíamos a algo tan pequeño que casi costaba más no hacerlo que ponerse a ello.

«Una pequeña tarea diaria, si realmente es diaria, vencerá los trabajos de un Hércules espasmódico» ~ Anthony Trollope.

Creamos una hoja de cálculo compartida en la que poníamos cada día si lo habíamos conseguido. Yo sugerí añadir qué es lo que habíamos escrito: un artículo, parte de un libro…

2. Escribir cada día

Como dijo Marc Alier, el hecho de saber que vas a tener que escribir en algún momento, que en su caso y en el mío es a última hora de la noche, hace que estés pensando todo el día sobre lo que vas a escribir: qué tema vas a tratar, qué puntos vas a incluir, qué historias puedes contar…

Esto ayuda mucho a aprovechar el rato que tienes para escribir. No malgastas ni un minuto para decidir el tema, cosa que me había pasado en bastantes ocasiones con anterioridad.

Por otro lado, al escribir cada día, todo fluye más. Las ideas vienen con mayor frecuencia y es más fácil ponerse a escribir.

«La motivación es lo que te hace empezar, el hábito es lo que te hace continuar»

3. Rendir cuentas / Competición

La verdad es que esto de rendir cuentas en público y tener a dos amigos «compitiendo» en el mismo reto hace casi imposible saltarse un solo día. A ver quien es el guapo que se arruga primero… 🙂 Lo bueno es que, una vez te has puesto, nunca estás sólo cinco minutos. El día que menos tiempo he estado fueron treinta minutos. A menudo estoy casi dos horas escribiendo.

4. Publicar a diario

Por si fuera poco yo solito me he marcado otro reto. Descubrí en Twitter el hashtag #blogtober. Consiste en publicar cada día de octubre una entrada en un blog. Con la entrada que estás leyendo, llevo once días seguidos publicando en blogs (puedes verlos en #blogtubre).

Publiqué en Twitter mi intención de publicar durante 31 días seguidos. De algún modo estoy rindiendo cuentas ante mis seguidores de Twitter (que supongo que están ahí porque no dicen casi nada).

Con el reto de publicar a diario la cosa ha cambiado: la presión por publicar cada día hace que acelere mi escritura. Uno de mis problemas al escribir es que soy bastante lento. No es raro que me tire unas tres horas por artículo, a veces incluso he llegado a las diez horas (en varios días, claro). Ayer en cambio, tardé sólo una hora y media para un artículo de 1200 palabras. ¡Todo un récord para mi!

5. Cambiar hábitos

Hasta ahora, usaba el smartphone en los ratos en que tenía que estar pendiente de los críos pero se distraían solos. Ahora he cambiado el móvil por el portátil. Me siento en el sofá y me pongo a escribir. Si sólo son cinco minutos, ya continuaré en otro momento. A veces, hay suerte y puedo estar más de media hora.

El detonante de mi hábito era: «me aburro» y la rutina: «me distraigo con el móvil». Ahora he cambiado la rutina por: «escribo con el portátil».

Lo mismo me ocurría cuando los niños ya dormían, me iba al sofá y me tumbaba a mirar Twitter, Google+ y otras cosas con mi móvil. Desde hace tres semanas lo cambié por escribir con el portátil, al principio en el sofá pero las malas posturas me obligaron a ir al estudio (cosa que me daba pereza al principio).

***

El reto de publicar a diario tiene un riesgo: bajar la calidad de mis escritos. Es algo que asumo y espero que las personas que me leáis tengáis la valentía de decírmelo de forma constructiva 😉

Por otro lado, las ventajas son muchas y te animo a que lo apliques en algún ámbito de tu vida en la que quieras adquirir un hábito nuevo. Estos serían los pasos a seguir:

  1. Reduce el hábito de tal forma que sea casi más difícil no hacerlo que empezarlo.
  2. Busca amigos con los que rendir cuentas, si ellos se apuntan al reto añadirás el factor competición sana.
  3. Opcionalmente puedes publicar cada día lo que has hecho, por ejemplo en las redes sociales. Muestra lo que has logrado.
  4. Cambia tus hábitos actuales para acomodar el hábito que quieres adquirir.

Como siempre, esperamos que nos cuentes tus progresos al respecto en Twitter (@zetatesters), por correo a somos (arroba) zetatesters.com o escribiendo un comentario en esta entrada.