Me encanta escribir.
Si pudiera ganarme la vida sólo escribiendo sería muy feliz. Como eso es bastante complicado, me conformo con publicar en blogs y publicar libros electrónicos (de momento llevo uno).
Supongo que a la mayoría de personas no les gusta tanto escribir. O no tienen la necesidad de publicar artículos de blog o libros electrónicos. Aún y así creo que escribir con cierta frecuencia puede aportar valor a muchas personas.
Ahí va mi lista de razones por las que deberías escribir más.
1. Escribe para desahogarte
Hace unos años me puse a pintar paredes de casa en pleno julio. Hacía mucho calor y me agobié mucho. En el fondo yo hubiera contratado un pintor pero las circunstancias hicieron que lo asumiera yo. Con todo el sudor y el calor me puse de muy mala hostia.
Para desahogarme abrí Evernote y empecé a escribir todo lo que me pasaba por la cabeza. No había filtros, sabía que lo que escribía no lo publicaría jamás y que nadie más lo leería. Sin embargo, me vino muy bien para poder desahogarme y sacar toda la bilis que tenía dentro.
Esto lo he repetido en otras ocasiones, como cuando he tenido que asumir la incompetencia de otras personas y el marrón me ha salpicado de lleno. Saqué una metáfora y todo sobre las personas chispa (los incompetentes), las personas mecha (los jefes y otros que permiten la incompetencia) y las personas dinamita (que estallan al asumir el marrón).
2. Escribe para publicar en blogs
Hubo una época en la que mi mujer me decía que no diera tanto la vara con el tema de los blogs. A cualquier persona que se me ponía delante le decía lo maravilloso que era tener un blog para publicar sobre temas que te apasionan.
Les decía que por primera vez en la historia de la humanidad, no hay que pedir permiso a nadie para publicar textos sobre lo que quieras y que te lea gente de todo el mundo. Siempre acababa diciendo que era tan absolutamente genial que me daba miedo que nos lo quitaran algún día.
Sigo pensándolo pero ahora no lo digo. Al menos, no a todo el mundo. Siempre digo que la gente que dice que no le gusta leer es porque no ha encontrado aún el tipo de libros que le gusta. Con los blogs pienso algo parecido, quizá no se han decidido por la temática sobre lo que publicar. O quizá les de miedo. Pero todos tenemos alguna pasión, por rara que sea. Y poder escribir sobre ella es un auténtico gustazo (y si encima te leen, todavía más).
3. Escribe para publicar libros
Lo de no tener que pedir permiso también se aplica a la publicación de libros. Hoy en día publicar un libro es cuestión de minutos. Yo lo he hecho en Amazon. Lo difícil es escribir el libro, eso puede llevarte meses o años.
Incluso puedes publicar libros en papel. Webs como Bubok, Lulu o el mismo Amazon con CreateSpace te ofrecen la posibilidad de vender en papel. La tecnología actual permite imprimir bajo demanda un solo ejemplar. ¿No es increíble?
Una de las ventajas de publicar en formato electrónico consiste en que no hay que hacer un mínimo de páginas para que quede la cosa decente. Puedes publicar un ebook de 30 páginas y quedarte tan ancho. Hay mucha gente que lo hace. Lo vendes a 0’99 euros y todos contentos.
Publicar ebooks más cortos es una forma de acelerar el bucle que comentamos en el primer episodio de zetatesters: Prueba – Falla – Aprende – Repite. En vez de un año puedes tardar tres meses en escribir y publicar. Si no sale bien, has «perdido» menos tiempo. Analiza causas y vuelve a intentarlo. Tampoco vas a perder dinero.
4. Escribe para ordenar las ideas
Una vez leí que el origen de la palabra redactar tiene que ver con ordenar. Escribir es ordenar los pensamientos que deambulan por la cabeza.
Si tienes algo que te angustia, ponlo por escrito. Sólo este simple ejercicio te ayuda a ver las cosas de un modo distinto. A veces, al escribirlo vemos que no hay para tanto. O podemos fijarnos en lo que hemos escrito y también en lo que NO hemos escrito sobre lo que nos pasa para aclararnos un poco más.
5. Escribe para comunicarte mejor
A finales de los noventa, cuando el correo electrónico era una novedad, escribíamos unos mensajes kilométricos y nos hacía ilusión recibirlos y deleitarnos con su lectura.
Ahora leemos en diagonal la mayoría de mensajes y si son un poco largos, nos da pereza leerlos.
Seguro que has leído alguna vez que estamos infoxicados. Si practicas el arte de escribir, podrás llamar mejor la atención aunque sea en un simple mensaje de correo electrónico. Pondrás un inicio con gancho que llame la atención. Aprenderás a ser sintético y concluirás con una llamada a la acción. Por poner un ejemplo.
6. Escribe para conocerte mejor
¿Quién no ha tenido un diario?
Yo casi nunca he escrito en un diario pero alguna vez lo hice. Cuando he leído años más tarde lo que escribí me he sorprendido porque había olvidado completamente la mayoría de cosas. Me hace gracia ver las cosas que me preocupaban o cómo era mi día a día.
Dicen que tenemos miles de pensamientos en un sólo día. Naturalmente la mayoría se pierden. Pero las cosas importantes podemos registrarlas en un diario y evitar que se pierdan como lágrimas en la lluvia. Vernos reflejados, aunque sea en el pasado, nos puede ayudar a conocernos mejor y a descubrir lo que realmente nos importa.
7. Escribe para limpiar la mente
Ken Robinson en su libro «Encuentra tu elemento: El camino para descubrir tu pasión y transformar tu vida» cuenta una técnica que se llama «Páginas matutinas» (traducción libre de «Morning pages«). La idea consiste en escribir cualquier cosa que te pase por la cabeza justo después de levantarte.
Con las «Páginas matutinas» no hay filtro. Simplemente hay que escribir de forma automática, espontánea, sin censura ni planificación. Es una forma de limpiar el desorden de la consciencia antes de empezar el día. Idealmente, deberías tener una libreta y bolígrafo en tu mesita de noche y ponerte a escribir tan pronto como te levantas.
No hay una forma errónea de escribir estas páginas matutinas. De hecho, no recomiendan leerlas una vez escritas, para no volver a llenar tu mente. Puedes romper las páginas que has escrito.
8. Escribe para aceptar críticas
Enséñale a alguien algo que has escrito, aunque no quieras publicarlo.
Pídele a esa persona que te diga lo que le ha gustado pero insiste en que te diga lo que NO le ha gustado. También lo que ha echado en falta.
En inglés hay una expresión que dice «Get a slap in the face«, algo así como «Haz que te den una bofetada». Se refiere a que tienes que pedir a la gente que te diga las cosas que están mal de algo que has hecho.
Igual que una bofetada de verdad, las críticas te van a doler al principio, pero con el tiempo ese dolor se irá y tu habrás aprendido algo nuevo. La bofetada en sentido figurado te permite crecer mientras que la bofetada real sólo te causa dolor.
9. Escribe para ganar dinero
Que no sea fácil vivir sólo de escribir no impide obtener algunos ingresos con la escritura.
Mi primer blog lo creé a finales del año 2007. Al cabo de tres meses, contactó conmigo una entidad pública para que escribiera un monográfico sobre un tema que yo había tratado en el blog. Me pagaron el encargo bastante bien y moneticé mi blog de una forma que jamás me hubiera imaginado.
10. Escribe para relacionarte
La gente escribe en las redes sociales, en foros, grupos y comunidades online. La gente escribe para ligar por Internet o para ayudar a alguien con algún problema.
De nuevo, según cómo escribas te leerán más o menos personas. Conseguirás más o menos lo que propones. Tendrás más o menos seguidores. Atraerás a un tipo de personas o a otro…
11. (Extra ball) Escribe para no perder ideas
GTD son las siglas de Getting Things Done, una metodología de productividad creada por David Allen. Es todo un mundo y yo intenté aplicar GTD a mi vida. Fracasé estrepitosamente en llevarlo a cabo pero una cosa que sí interioricé es la captura de ideas o tareas.
Soy un crack capturando ideas y tareas (y un desastre para rescatarlas o para llevarlas a cabo, al menos la mayoría).
Antes usaba Evernote para capturar cosas. Ahora me he pasado a Google Keep, que para mi es más ágil. También apunto ideas en libretas (Moleskine, por favor, que tienen más glamour 😉 ).
Capturar ideas me ayuda mucho para escribir. Las ideas vienen en el momento menos esperado. Cuando aparece una idea, la apunto enseguida porque se me puede olvidar fácilmente. Luego, cuando me siento a escribir, miro la lista de ideas y no pierdo tiempo decidiendo sobre qué voy a escribir.
También apunto ideas para implementar en mi labor de docente y en muchos otros aspectos. Es muy recomendable.
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