¿Crees que eres como eres y que no puedes hacer mucho para cambiar?

¿O crees que no importa cómo seas que siempre puedes cambiar sustancialmente?

Si has respondido sí a la primera pregunta tienes mentalidad fija, si lo has hecho a la segunda tienes mentalidad de crecimiento.

La gente que tiene una mentalidad fija cree que sus habilidades son básicamente estáticas. Creen que uno es bueno en algo de forma innata y que las mejoras que puedan tener son relativamente pocas. O se te da bien hablar en público o no se te da bien.

Por contra, la gente que tiene una mentalidad de crecimiento cree que las habilidades son como músculos, pueden desarrollarse con la práctica. Quizá al principio no se te da bien hablar en público pero si dedicas tiempo y esfuerzo podrás acabar siendo un buen orador.

Portada del libro "Mindset" de Carol DweckCarol Dweck es una psicóloga estadounidense que ha dedicado su vida a estudiar estos tipos de mentalidad. Es autora del libro Mindset: The New Psychology of Success en el que explica las diferencias entre la mentalidad fija y la mentalidad de crecimiento y cómo la mentalidad de crecimiento tiende a conseguir una vida más exitosa y gratificante.

Las personas con mentalidad fija evitan los retos en los que creen que no saldrán con éxito. Temen que los demás vean los fracasos como un indicador de su verdadera habilidad.

Las personas con mentalidad de crecimiento toman riesgos, aceptan feedback y tienen una visión a largo plazo. De este modo progresan en sus vidas y carreras profesionales.

Cuando hacemos un cumplido a un niño del estilo: «¡Qué listo eres!» o «¡Eres un crack jugando a fútbol!» estamos potenciando la mentalidad fija. Un cumplido de mentalidad de crecimiento elogia el esfuerzo más que la habilidad: «Estoy orgulloso de lo duro que has trabajado en este proyecto».

La cuestión es:

¿Pueden las personas con mentalidad fija aprender a adoptar una mentalidad de crecimiento?

Según Carol Dweck y los experimentos que hizo con alumnos de secundaria, sí se puede.

A un grupo de alumnos les explicaron técnicas de estudio convencionales y al otro grupo les explicaron la mentalidad de crecimiento. Les contaron que el cerebro es como un músculo que se puede desarrollar con ejercicio y que, trabajando duro, podrían ser más inteligentes. Les dijeron que todo es difícil antes de que sea fácil y que recordaran lo malos que eran al principio en cualquier videojuego que acabaron dominando.

En total dedicaron dos horas para explicar la mentalidad de crecimiento a lo largo de ocho semanas.

En el grupo que explicaron técnicas de estudio las notas mejoraron levemente. En el grupo de mentalidad de crecimiento las mejoras fueron significativamente mejores.

En su libro «Mindset», Dweck comenta la ocasión en que estaban presentando la mentalidad de crecimiento a unos alumnos. De repente, uno de los peores alumnos rompió a llorar y dijo: «¿Eso quiere decir que no tengo que ser tonto?».

La mentalidad de crecimiento ve el fracaso como parte natural de los procesos de cambio. La gente persevera cuando percibe los tropiezos como aprendizajes en vez de como meros fracasos.

Portada del libro "Cambia el chip: Cómo afrontar cambios que parecen imposibles" de Chip Heath y Dan HeathTodo esto que te cuento lo aprendí en el fantástico libro Cambia el chip: Cómo afrontar cambios que parecen imposibles de Chip Heath y Dan Heath (los mismos autores de «Made to Stick», libro que recomendamos en el episodio 05).

Inspirado por lo que descubrí hice una sesión de tutoría sobre la mentalidad de crecimiento a unos alumnos de 2º de FP de Informática de Grado Superior. Además de su tutor, yo era su profesor de programación avanzada. Muchos tenían carencias importantes de programación. Había una alumna que había repetido curso dos veces y que tenía pendiente la programación de primero. Según ella, «Era una negada para programar». Le prohibí tajantemente que hablara así de ella misma y le expliqué a ella y a sus compañeros que esa era una expresión de alguien con mentalidad fija.

En una sesión de una hora les estuve explicando las diferencias entre mentalidad fija y de crecimiento. Les dije que podía haber alumnos con más facilidad para programar que otros pero que si les costaba, lo único que tenían que hacer era dedicarle más horas de trabajo. Es decir, todos podrían aprender a programar, todos podrían aprobar la asignatura. Eso sí, tendrían que trabajar duro. Si lo hacían, no habría duda de que lo lograrían.

Recuerdo como si fuera ayer la cara que ponía la alumna «negada en programación». Tenía una expresión entre incredulidad y asombro. Y estaba muy atenta.

Nunca sabré del cierto hasta qué punto le impactó esa sesión de tutoría. Pero a partir de entonces y por primera vez en cuatro años empezó a aprobar todas las asignaturas de programación. Se sacó todo lo que le quedaba pendiente y obtuvo ese mismo año el título de Administración de Sistemas Informáticos.

Me gusta pensar que empezó a adoptar una mentalidad de crecimiento.