ZT 44 Escribir y «Write. Publish. Repeat» de Johnny B. Truant y Sean Platt

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ZT 44 Escribir y "Write. Publish. Repeat" de Johnny B. Truant y Sean Platt
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Escribir y "Write. Publish. Repeat" de Johnny B. Truant y Sean Platt

Escribir como terapia. Escribir para reflexionar y ordenar pensamientos. Escribir para tener conversaciones con uno mismo. Escribir para compartir ideas, aprendizajes y proyectos. Escribir para publicar libros… Son algunos de los temas que hemos tocado en este episodio sobre… (adivinad) ¡ESCRIBIR!

De hecho, hemos tenido que hacer un podcast interruptus porque teníamos que irnos. Continuaremos la semana que viene con la segunda parte sobre «Escribir».

Podéis hacernos llegar más preguntas, recursos, críticas o lo que queráis a somos (a_r_r_o_b_a) zetatesters.com, en Twitter (@zetatesters) o en nuestro Canal de Telegram: Somos zetatesters. También podéis dejar un comentario en la entrada de este episodio.

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Por cierto, Carles ha publicado por fin la segunda edición del libro Chromecasteando. Estará de oferta durante una semana en Amazon por sólo 0’99 €.

Portada del libro "Chromecasteando" de Carles Caño Valls

[Episodio] ¿Cómo tributan fiscalmente los ingresos de proyectos personales? (Extra Ball 15)

[Vídeo] «Los amigos de mis amigas» de Objetivo Birmania.

[Hoja de cálculo] Dani Amo propone hacer públicos vuestros proyectos personales en Retos Zetatesters.

[Artículo] 10 razones por las que deberías escribir más a menudo.

[Libro] «Memorias» de Isaac Asimov.

[Libro] “Bla, bla, bla. Qué hacer cuando las palabras no funcionan” de Dan Roam.

[Episodi] Humor en presentaciones con David Nihill (Extra ball 09)

[Libro] «5,000 Words Per Hour: Write Faster, Write Smarter: Write Faster, Write Smarter» de Chris Fox.

[Libro] «La cocina de la escritura» de Daniel Cassany.

[Libro] “A guide to the good life. The ancient art of stoic joy” de William B. Irvine

A guide to the good life de William B. Irvine

[Libro] “Encuentra tu elemento: El camino para descubrir tu pasión y transformar tu vida” de Ken Robinson con Lou Aronica.

Portada del libro "Encuentra tu elemento" de Ken Robinson con Lou Aronica

[Libro] “Zen in the art of writing” de Ray Bradbury.

[Libro] “Will It Fly?: How to Test Your Next Business Idea So You Don’t Waste Your Time and Money” de Pat Flynn.

Portada del libro "Will It Fly?" de Pat Flynn

[Aplicación] Flowstate – Escribe sin parar o se borra todo (Mac)

[Web] The Most Dangerous Writing App – Don’t stop typing, or all progress will be lost.

[Libro] «Characters & Viewpoint (Elements of Fiction Writing)» de Orson Scott Card.

[Libro] «Mientras escribo» de Stephen King.

Portada del libro "Mientras escribo" de Stephen King

[Libro] «Fiction Unboxed: Publishing and Writing a Novel in 30 Days, From Scratch, In Front of the World» de Johnny B. Truant, Sean Platt y David Wright.

Portada del libro "Fiction Unboxed" de Johnny B. Truant, Sean Platt y David Wright

[Libro] Los Siete Secretos de los Prolíficos: La guía definitiva para superar la procrastinación, el perfeccionismo y los bloqueos del escritor de Hilary Rettig.

[Web] Blogger – Empieza tu blog.

[Web] WordPress.com – Empieza tu blog.

[Web] SiteGround – Aloja tu blog con el mejor servicio y soporte 24×7.

Logo de SiteGround

[Web] Wattpad – Historias que te encantarán.

[Artículo] Escribir en papel, tres beneficios y dos consejos por @cafeteroot

[Artículo] El hábito de 15 minutos para el que vale la pena hacer tiempo.

Somos zetatesters

Por falta de tiempo no hemos podido hacer esta sección. Os animamos a enviarnos opiniones y comentarios por las vías habituales.

Os recordamos que podéis entrar en el grupo de Telegram “Somos zetatesters” en el que hablamos de temas “flipaos” más de 150 personas. Instalad la app Telegram (iOS y Android) en vuestro dispositivo móvil y clicad en el siguiente enlace para entrar en él. Ah, no olvidéis silenciar el grupo cuando entréis.Logo del canal Telegram "Somos zetatesters"

Delicatessen: Write. Publish. Repeat

No hemos tenido tiempo de comentar este libro en Delicatessen, lo haremos el próximo episodio. Os dejamos igualmente el enlace para comprarlo en Amazon.

Alguna cosa del libro hemos comentado durante la parte del tema «Escribir».

[Libro Delicatessen] «Write. Publish. Repeat. (The No-Luck-Required Guide to Self-Publishing Success)» de Johnny B. Truant y Sean Platt.

Portada del libro "Write. Publish. Repeat" de Johnny B. Truant y Sean Platt

En zetatesters.com/recomendamos encontraréis todos los libros Delicatessen propuestos hasta la fecha (ya son 44, oiga). Llevan enlaces de afiliados, ¿a que no lo sabíais? 😛

Turno de acciones

Tampoco hemos podido hacer esta sección. La semana que viene sí, os lo juramos por Snoopy.

 

Por qué quiero escribir mil palabras al día

Chico escribiendo en portátil Mac

«Escribe mil palabras al día.»

Es un consejo que he leído a distintos escritores. Al ver ese consejo, le hacía un caso relativo. Podía pensar que quizá estaría bien pero no tenía la necesidad de hacerlo. Pero cuando lo leí del mismo Ray Bradbury, uno de mis autores favoritos, la cosa fue distinta. Ahí por primera vez me planteé que quizá debería hacerlo de una vez por todas.

Bradbury fue el primero que leí diciendo que hay que hacerlo durante mucho tiempo para sacarle rédito…

«La Musa debe tener forma. Escribirá usted mil palabras al día durante diez o veinte años a fin de modelarla, aprendiendo gramática y el arte de la composición hasta que se incorporen al Inconsciente sin frenar ni distorsionar a la Musa.»

Durante diez o veinte años. ¡Uau! Los otros autores que aconsejaban escribir mil palabras al día no decían períodos de tiempo. Se supone que el lector sacaría sus propias conclusiones: tengo que escribir un millar de palabras cada día de mi vida. La verdad es que yo no lo pensé.

Pero el autor de las maravillosas «Crónicas marcianas» lo soltó a bocajarro: «durante diez o veinte años». ¡Pam! Ahí lo suelta y se queda tan ancho…

Empecé a hacer cálculos mentales: 3.650.000 palabras en diez años y 7.300.000 palabras en veinte. Estas cifras me impactaron. Henry Cartier-Bresson, uno de los mejores fotoperiodistas del siglo veinte, decía que «tus primeras diez mil fotografías serán las peores«. Supongo que podríamos adaptarlo a la escritura con «tus primeros tres millones de palabras serán las peores».

Precisamente fui aficionado a la fotografía durante muchos años. Mis primeras fotos eran horribles. Pero yo seguí haciendo fotos. A parte de estudiar libros, ir a algún curso o ver tutoriales en vídeo yo seguía haciendo fotos regularmente. También obtenía feedback de gente experta. Eso me ayudaba mucho a progresar. Podían criticarme porque tenía fotos que mostrarles. Puedes leer todo lo que quieras pero si no haces fotos, no mejoras. Es muy obvio, ¿verdad? Pues ¿por qué cuesta entender que alguien que quiera ser buen escritor tenga que escribir regularmente?

Recuerdo un amigo que se comprometió a publicar una fotografía cada día durante un año. Me dijo que a veces era duro porque no sabía qué fotografiar o no había tenido apenas tiempo… Pero al final cada día publicaba una nueva foto. Me contó cómo ese reto le había obligado a mirar su mundo cotidiano de forma diferente. Su valoración de la experiencia era totalmente positiva.

Lo mismo quiero hacer escribiendo cada día. Habrá veces en las que no sabré sobre qué escribir. Otras tendré demasiadas ideas en cola. Pero cada día tendré mi cita con el teclado y la pantalla de mi ordenador.

Portada del libro "Zen in the Art of Writing" de Ray BradburyRay Bradbury volvía a decir en su libro «Zen in the art of writing» que escribas mil o dos mil palabras cada día durante los próximos veinte años. Seguía diciendo:

«Al principio, puedes ir a por una breve historia por semana, cincuenta y dos historias al año, durante cinco años. Deberás escribir y descartar o quemar mucho material antes de que estés cómodo en este medio. […] Creo que eventualmente la cantidad se convertirá en calidad.»

Hay un detalle importante en este párrafo. No sólo se trata de escribir. Bradbury aconseja escribir una historia breve a la semana. Es decir, hay que crear productos con frecuencia, aunque jamás se publiquen. Una cosa es escribir por escribir y la otra es escribir con una finalidad para obtener un tangible: cuento, historia, novela, artículo…

En mi caso las mil palabras diarias deberían servir para publicar más artículos en mis blogs y para publicar también libros. Aunque la mayoría de esas palabras tenga que descartarlas. Muchas de las reflexiones que pongo por escrito podrían ser artículos en zetatesters pero luego veo que no aportarían valor. No importa, no es un fracaso. Como dice Bradbuy: «Sólo fracasas si dejas de escribir«.

Marc Alier me dijo en el episodio 30 de zetatesters que el número mil era totalmente arbitrario. Quizá. Al cabo de unos días me llamó para contarme que Terry Pratchett, otro de nuestros autores favoritos, que fue muy prolífico publicando libros, escribía cuatrocientas palabras al día. Marc quería hacerme ver que está bien que me ponga una cantidad diaria pero que mil palabras es demasiado. Es mejor ponerse un listón más bajo, como el de Terry Pratchett, para lograrlo con más facilidad. Es un buen argumento.

Portada del libro "2k to 10k: Writing Faster, Writing Better, and Writing More of What You Love" de Rachel AaronSin embargo, hay quien se pone el listón más alto. Tengo un libro en mi antibiblioteca titulado 2k to 10k: Writing Faster, Writing Better, and Writing More of What You Love de Rachel Aaron (por cierto, está a 0’99 € y en amazon.com tiene 4’6 estrellas sobre 5 con 606 reseñas).

¡Hay quien escribe de dos mil a diez mil palabras al día! Ahora el efecto ancla cambia un poco la perspectiva. Mil al día no parece tanto, ¿verdad? En mi caso, es la cantidad suficiente para ponerme un poco en serio. Quiero coger el hábito de escribir a diario y además quiero que implique cierto esfuerzo.

Creo que tras el consejo de escribir mil palabras al día está la idea de que llegará un punto en el que no habrá que pensar y todo saldrá fluido. Como el músico que primero aprende escalas, acordes o «licks» y las machaca una y otra vez durante años. Lo aprende para luego poderlo olvidar. Cuando le salen esas escalas y acordes sin pensar es cuando puede crear su mejor música. Charlie Parker, el gran saxofonista de jazz be-bop lo decía así:

«Tienes que aprender a tocar tu instrumento. Después debes practicar, practicar y practicar. Y después, cuando finalmente estás en el escenario, olvídalo todo y ulula.»

Pero aún me queda mucho camino por recorrer…

Escribir cada día mil palabras - Hoja de seguimiento

 

Confesiones de un aspirante a escritor

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Soy escritor.

Lo he escrito pero no me lo creo. Para empezar a creerlo tendría que escribir cada día durante varios meses, sin excepciones.

Actualmente soy el rey de las excusas para no escribir: tengo hijos pequeños, no tengo tiempo, voy muy cansado, escribir requiere mucha energía y concentración… Bla, bla, bla. Gilipolleces.

He pasado por varias etapas: desde el «Quiero escribir» pasando por el «Tengo que escribir» hasta el «¿Por qué cojones no escribo?». Creo que la respuesta es el miedo. Sé que está muy manido el tema de cómo el miedo nos paraliza y todo ese tipo de discurso pero es que no le veo otra explicación.

Dicen que no debes huir de tus miedos sino ir hacia ellos, que asustan mucho más de lo que en realidad acaban siendo. Creo que mi mayor miedo es no estar a la altura o no ser visto como alguien competente para escribir sobre según qué temas.

Soy ingeniero informático de formación y domino bastante la tecnología pero me apasiona todo lo que tiene que ver con el desarrollo personal, la psicología del comportamiento, el liderazgo o el emprendimiento, por poner algunos ejemplos.

Sin embargo, no me atrevo a escribir un libro sobre ninguno de los temas que acabo de enumerar.

Mi primer intento de libro fue sobre dinámicas participativas para usar al hablar en público o hacer formación. No cuajó porque me di cuenta de que la mayoría de las dinámicas que quería explicar no las había puesto en práctica.

Al cabo de un par de años decidí escribir un libro sobre Chromecast. Ahí me sentí muy cómodo desde el principio. Lo publiqué en Amazon y se han vendido unas 800 unidades en menos de un año. Incluso fui número 1 en la Tienda Kindle de Amazon España.

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Ahora tengo que hacer la segunda edición porque han habido muchas novedades en los últimos meses. El problema es que ya no me apetece escribir sobre Chromecast. He escrito cosas pero tengo la revisión del libro estancada. No me gusta la idea de tener que revisar el libro cada dos por tres. Me gustaría publicar libros más perennes y más profundos.

Después de publicar mi primer libro, decidí empezar otro que no fuera sobre tecnología. Esta vez me decanté por un libro sobre cómo hacer presentaciones. Le dediqué unas semanas, empecé a hacer una primera estructura del libro, a recopilar artículos de mi blog sobre presentaciones. Incluso envié un mensaje a cientos de personas para que me dijeran sus dos principales retos a la hora de hablar en público. Compilé las respuestas en Evernote y también creé una lista de correo para las personas interesadas en recibir más información sobre el futuro libro. De hecho, hay más de 125 personas inscritas en esa lista que aún no he estrenado porque he abandonado la idea de escribir el libro (al menos por ahora).

Ya hay decenas de libros sobre presentaciones. Si una cosa tengo clara es que no quiero publicar «otro libro más de presentaciones», tiene que tener algo que lo distinga claramente de los demás y que aporte tanto valor como los que ya están en el mercado. El problema es que no tengo ni idea de cómo diferenciarme.

Portada del libro "Will It Fly?" de Pat Flynn

«Will It Fly?: How to Test Your Next Business Idea So You Don’t Waste Your Time and Money» de Pat Flynn

Sospecho que en el fondo del asunto está la cuestión de si lo que voy a ofrecer aportará valor o no. Y que lo que yo supongo que aportará valor no tiene por qué ser valorado por mi audiencia. La clave está en dejar de suponer y empezar a validar mi idea de libro. Tengo que ir a buscar mi posible audiencia, ayudarla primero, conversar con ella y descubrir sus problemas, su lenguaje y sus necesidades. Hasta ahora no tenía del todo claro cómo hacerlo pero el libro «Will It Fly» de Pat Flynn lo explica de forma clara y detallada.

Aún y así, mi siguiente idea de libro tiene que ver con otro tema tecnológico. Sé que estaré muy cómodo al escribirlo pero dentro de mi hay una vocecilla tímida que me susurra: «No escribas sobre esto. Escribe sobre los temas que te flipan, aunque no tengas una formación reglada sobre ellos».

No sé que voy a hacer. Es probable que empiece el libro tecnológico aunque no sea lo que más me gustaría hacer. Lo que ocurre es que prefiero empezar a moverme, a actuar y a volver a poner en marcha la maquinaria de escribir para publicar que quedarme parado comiéndome el coco.

¡Qué demonios! Soy un zetatester y tengo que aplicar la máxima de unas veces se gana y otras se aprende. Tengo que fallar rápido para poder rectificar e intentar otros enfoques. No tengo claro de qué va a tratar mi próximo libro pero quiero publicarlo este año.

Pase lo que pase, iré comentando, en el blog o en el podcast, mis avances y retrocesos para haceros partícipes del proceso. Quiero mostrar que un proceso creativo tiene su camino de espinas y que hay muchas dudas, miedos e inseguridades que después casi nadie cuenta cuando su libro ya está publicado.

Reflexiones sobre el reto #Blogtubre de publicar a diario durante un mes

Acaban de sonar once campanadas.

Me quedan 60 minutos para publicar el último artículo del reto #Blogtubre: publicar cada día de octubre una entrada en algún blog.

La verdad es que compaginarlo con el trabajo y la vida familiar (con dos peques) no ha sido fácil.

Había días que estaba tan agotado que no tenía ni pizca de ganas de escribir. Pero lo hacía. Me había comprometido con mis seguidores de Twitter pero sobre todo me había comprometido conmigo mismo.

En los momentos más bajos, volvía a leer los 10 pasos para convertirse en un mejor escritor de Brian Clark.

"10 pasos para convertirte en un mejor escritor" por Brian Clark

Llevo años con la idea en la cabeza de escribir, de intentar ganarme la vida escribiendo (al menos, en parte).

Pero… ¿de qué sirve tener esa imagen de uno mismo si las acciones no se corresponden con los deseos?

Si quiero ser escritor, tengo que escribir cada día. Eso es impepinable.

Gracias al reto entre escritores que nos pusimos en el episodio 3 de zetatesters, empecé a escribir cada día. Al cabo de una semana me apunté además al reto de #blogtubre.

He cambiado el «tengo que escribir» por el «escribo cada día». Esto me recuerda una cita genial, atribuida a Woody Allen, que dice así:

"Las cosas no se dicen, se hacen, porque al hacerlas se dicen solas" - Woody AllenSomos lo que hacemos, no lo que decimos que vamos a hacer. Nuestras acciones dicen mucho más acerca de nosotros que nuestras palabras.

En El poder de la frecuencia. Reflexiones sobre adquirir el hábito de escribir a diario compartí algunas de las cosas que me estaba aportando publicar a diario. Ahora quiero añadir algunas otras reflexiones sobre el reto de #blogtubre…

  • La parte final se ha hecho pesada. Es un clásico: poco antes de acabar un reto o proyecto nos entra el momento de bajón. En las maratones creo que ocurre en el kilómetro 40. Los últimos cuatro días de #blogtubre han sido los peores.
  • Me enrollo demasiado. Al no tener tiempo para editar, muchos de mis artículos han quedado muy largos. ¡Qué paradoja! Con poco tiempo me enrollo más. Pero es que precisamente al tener que publicar a diario no puedo dejar reposar los textos ni aplicar la tijera.
  • Escribe y calla. Da lo mismo si estaba cansado, de mal humor o no me apetecía. Tocaba escribir cada puto día y punto. En la línia de lo que Seth Godin promulga: Ship it!
  • La ausencia de feeback asusta. En la primera quincena no tuve apenas feedback sobre lo que escribía. Sí que veía cómo la gente compartía los artículos pero eso pasa habitualmente. Al no decir nada nadie pensaba que quizá no gustaba lo que escribía. Luego me iba enterando de que sí que me leía gente y que, en general, gustaban los artículos.
  • Vivan los «small wins«. A partir de la segunda quincena empecé a recibir algún feedback  y eso me fue animando. Agradezco mucho los ánimos que me enviaron algunas personas, eran el mejor combustible para seguir adelante.
  • Aprovechar cualquier idea. Un comentario en Twitter, un artículo de revista o un mensaje de correo me servían de inspiración para el próximo artículo. Me agarraba a un clavo ardiendo con tal de sacar temas para escribir.

Resumen de mi #Blogtubre

32 artículos publicados en:

  • Chromecasteando: 11
  • Presentástico: 7
  • Zetatesters: 14

28.760 palabras en un mes. O sea, una media de 900 palabras al día.

Mi libro sobre Chromecast tiene 22.934 palabras y lo escribí en nueve meses. Unas 85 palabras de media. Está claro que hubo épocas en las que no escribí durante semanas. También que iba publicando artículos en alguno de mis blogs (y no computan en el recuento del libro).

Me pregunto si sería capaz de escribir un libro en un mes. 28.000 palabras y después de hacer una revisión profunda, le quito un 20% y me quedan 22.400 que es casi lo mismo que mi libro de Chromecast.

Bueno, vale. No creo que pudiera mantener el ritmo de #blogtubre pero el hábito de escribir a diario pienso mantenerlo. Supongamos que escribo 300 palabras al día, algo fácilmente asequible. Entonces en tres meses tengo el borrador de un libro de 27.000 palabras, que para un ebook está más que bien.

Da que pensar, ¿no crees?

10 razones por las que deberías escribir más a menudo

Me encanta escribir.

Si pudiera ganarme la vida sólo escribiendo sería muy feliz. Como eso es bastante complicado, me conformo con publicar en blogs y publicar libros electrónicos (de momento llevo uno).

Supongo que a la mayoría de personas no les gusta tanto escribir. O no tienen la necesidad de publicar artículos de blog o libros electrónicos. Aún y así creo que escribir con cierta frecuencia puede aportar valor a muchas personas.

Ahí va mi lista de razones por las que deberías escribir más.

1. Escribe para desahogarte

Hace unos años me puse a pintar paredes de casa en pleno julio. Hacía mucho calor y me agobié mucho. En el fondo yo hubiera contratado un pintor pero las circunstancias hicieron que lo asumiera yo. Con todo el sudor y el calor me puse de muy mala hostia.

Para desahogarme abrí Evernote y empecé a escribir todo lo que me pasaba por la cabeza. No había filtros, sabía que lo que escribía no lo publicaría jamás y que nadie más lo leería. Sin embargo, me vino muy bien para poder desahogarme y sacar toda la bilis que tenía dentro.

Esto lo he repetido en otras ocasiones, como cuando he tenido que asumir la incompetencia de otras personas y el marrón me ha salpicado de lleno. Saqué una metáfora y todo sobre las personas chispa (los incompetentes), las personas mecha (los jefes y otros que permiten la incompetencia) y las personas dinamita (que estallan al asumir el marrón).

2. Escribe para publicar en blogs

Hubo una época en la que mi mujer me decía que no diera tanto la vara con el tema de los blogs. A cualquier persona que se me ponía delante le decía lo maravilloso que era tener un blog para publicar sobre temas que te apasionan.

Les decía que por primera vez en la historia de la humanidad, no hay que pedir permiso a nadie para publicar textos sobre lo que quieras y que te lea gente de todo el mundo. Siempre acababa diciendo que era tan absolutamente genial que me daba miedo que nos lo quitaran algún día.

Sigo pensándolo pero ahora no lo digo. Al menos, no a todo el mundo. Siempre digo que la gente que dice que no le gusta leer es porque no ha encontrado aún el tipo de libros que le gusta. Con los blogs pienso algo parecido, quizá no se han decidido por la temática sobre lo que publicar. O quizá les de miedo. Pero todos tenemos alguna pasión, por rara que sea. Y poder escribir sobre ella es un auténtico gustazo (y si encima te leen, todavía más).

3. Escribe para publicar libros

Lo de no tener que pedir permiso también se aplica a la publicación de libros. Hoy en día publicar un libro es cuestión de minutos. Yo lo he hecho en Amazon. Lo difícil es escribir el libro, eso puede llevarte meses o años.

Incluso puedes publicar libros en papel. Webs como Bubok, Lulu o el mismo Amazon con CreateSpace te ofrecen la posibilidad de vender en papel. La tecnología actual permite imprimir bajo demanda un solo ejemplar. ¿No es increíble?

Una de las ventajas de publicar en formato electrónico consiste en que no hay que hacer un mínimo de páginas para que quede la cosa decente. Puedes publicar un ebook de 30 páginas y quedarte tan ancho. Hay mucha gente que lo hace. Lo vendes a 0’99 euros y todos contentos.

Publicar ebooks más cortos es una forma de acelerar el bucle que comentamos en el primer episodio de zetatesters: Prueba – Falla – Aprende – Repite. En vez de un año puedes tardar tres meses en escribir y publicar. Si no sale bien, has «perdido» menos tiempo. Analiza causas y vuelve a intentarlo. Tampoco vas a perder dinero.

4. Escribe para ordenar las ideas

Una vez leí que el origen de la palabra redactar tiene que ver con ordenar. Escribir es ordenar los pensamientos que deambulan por la cabeza.

Si tienes algo que te angustia, ponlo por escrito. Sólo este simple ejercicio te ayuda a ver las cosas de un modo distinto. A veces, al escribirlo vemos que no hay para tanto. O podemos fijarnos en lo que hemos escrito y también en lo que NO hemos escrito sobre lo que nos pasa para aclararnos un poco más.

5. Escribe para comunicarte mejor

A finales de los noventa, cuando el correo electrónico era una novedad, escribíamos unos mensajes kilométricos y nos hacía ilusión recibirlos y deleitarnos con su lectura.

Ahora leemos en diagonal la mayoría de mensajes y si son un poco largos, nos da pereza leerlos.

Seguro que has leído alguna vez que estamos infoxicados. Si practicas el arte de escribir, podrás llamar mejor la atención aunque sea en un simple mensaje de correo electrónico. Pondrás un inicio con gancho que llame la atención. Aprenderás a ser sintético y concluirás con una llamada a la acción. Por poner un ejemplo.

6. Escribe para conocerte mejor

¿Quién no ha tenido un diario?

Yo casi nunca he escrito en un diario pero alguna vez lo hice. Cuando he leído años más tarde lo que escribí me he sorprendido porque había olvidado completamente la mayoría de cosas. Me hace gracia ver las cosas que me preocupaban o cómo era mi día a día.

Dicen que tenemos miles de pensamientos en un sólo día. Naturalmente la mayoría se pierden. Pero las cosas importantes podemos registrarlas en un diario y evitar que se pierdan como lágrimas en la lluvia. Vernos reflejados, aunque sea en el pasado, nos puede ayudar a conocernos mejor y a descubrir lo que realmente nos importa.

7. Escribe para limpiar la mente

Ken Robinson en su libro «Encuentra tu elemento: El camino para descubrir tu pasión y transformar tu vida» cuenta una técnica que se llama «Páginas matutinas» (traducción libre de «Morning pages«). La idea consiste en escribir cualquier cosa que te pase por la cabeza justo después de levantarte.

Con las «Páginas matutinas» no hay filtro. Simplemente hay que escribir de forma automática, espontánea, sin censura ni planificación. Es una forma de limpiar el desorden de la consciencia antes de empezar el día. Idealmente, deberías tener una libreta y bolígrafo en tu mesita de noche y ponerte a escribir tan pronto como te levantas.

No hay una forma errónea de escribir estas páginas matutinas. De hecho, no recomiendan leerlas una vez escritas, para no volver a llenar tu mente. Puedes romper las páginas que has escrito.

8. Escribe para aceptar críticas

Enséñale a alguien algo que has escrito, aunque no quieras publicarlo.

Pídele a esa persona que te diga lo que le ha gustado pero insiste en que te diga lo que NO le ha gustado. También lo que ha echado en falta.

En inglés hay una expresión que dice «Get a slap in the face«, algo así como «Haz que te den una bofetada». Se refiere a que tienes que pedir a la gente que te diga las cosas que están mal de algo que has hecho.

Igual que una bofetada de verdad, las críticas te van a doler al principio, pero con el tiempo ese dolor se irá y tu habrás aprendido algo nuevo. La bofetada en sentido figurado te permite crecer mientras que la bofetada real sólo te causa dolor.

9. Escribe para ganar dinero

Que no sea fácil vivir sólo de escribir no impide obtener algunos ingresos con la escritura.

Mi primer blog lo creé a finales del año 2007. Al cabo de tres meses, contactó conmigo una entidad pública para que escribiera un monográfico sobre un tema que yo había tratado en el blog. Me pagaron el encargo bastante bien y moneticé mi blog de una forma que jamás me hubiera imaginado.

10. Escribe para relacionarte

La gente escribe en las redes sociales, en foros, grupos y comunidades online. La gente escribe para ligar por Internet o para ayudar a alguien con algún problema.

De nuevo, según cómo escribas te leerán más o menos personas. Conseguirás más o menos lo que propones. Tendrás más o menos seguidores. Atraerás a un tipo de personas o a otro…

11. (Extra ball) Escribe para no perder ideas

GTD son las siglas de Getting Things Done, una metodología de productividad creada por David Allen. Es todo un mundo y yo intenté aplicar GTD a mi vida. Fracasé estrepitosamente en llevarlo a cabo pero una cosa que sí interioricé es la captura de ideas o tareas.

Soy un crack capturando ideas y tareas (y un desastre para rescatarlas o para llevarlas a cabo, al menos la mayoría).

Antes usaba Evernote para capturar cosas. Ahora me he pasado a Google Keep, que para mi es más ágil. También apunto ideas en libretas (Moleskine, por favor, que tienen más glamour 😉 ).

Capturar ideas me ayuda mucho para escribir. Las ideas vienen en el momento menos esperado. Cuando aparece una idea, la apunto enseguida porque se me puede olvidar fácilmente. Luego, cuando me siento a escribir, miro la lista de ideas y no pierdo tiempo decidiendo sobre qué voy a escribir.

También apunto ideas para implementar en mi labor de docente y en muchos otros aspectos. Es muy recomendable.