
Seguramente Tim Ferris sacó su dieta baja en información de la segunda carta de Séneca a Lucilio. Seguramente es una locura intentar producir un audiolibro con cartas de un señor de hace 20 siglos, pero unos cuantos de vosotros nos habéis animado con el proyecto y ganas hay.
Que vayamos a producir el audilibro tampoco evita que vayamos publicando parte o todo el contenido que vamos preparando y lo compartamos con vosotros. ¿Verdad?
Hay que destacar que no estamos locutando directamente una traducción del original de Séneca, sino que estamos adaptando el contenido a un castellano actual y comprensible. Y si bien en algunas frases no somos fieles al original en gramática y síntaxis, creemos que lo somos en cuando a la interpretación de lo que Séneca ( Yoda para los amigos) nos dice en sus cartas.
Aquí os dejo con la adaptación de la segunda carta de Séneca a Lucilio.
Saludos amigo Lucilio,
Por lo que me escribes y por lo que escucho, creo que vas a tener un buen futuro: no te dispersas ni te inquietas por cambiar tu lugar en la vida. Tal agitación seria el resultado de un ánimo enfermizo: la primera muestra de un espíritu equilibrado es la facultad de situarse y permanecer en sí mismo.
Pero ten cuidado, que tu afán por leer a múltiples autores y todo tipo de lecturas no te lleve a divagar y a perder el foco. Es el talento probado lo que debes alojar y nutrir para asentar lo fidedigno en tu espíritu. Quien que está en todas partes no esta en ninguna parte.
Recuerda, Lucilio, que la vida de peregrinaje trae aparejada muchos anfitriones y ningún amigo. Inevitablemente pasará lo mismo a quien, en lugar de aplicarse a profundizar un autor de talento, sobrevuela varios autores forma agitada y precipitada.
El alimento que sin llegar a ser digerido es regurgitado no nutre al cuerpo. Y no hay nada peor para la salud que el cambio frecuente de remedios, la herida en la que se ensayan curaciones no va a cicatrizar, y el árbol que se trasplanta con frecuencia no va a crecer.
No existe nada tan efectivo que pueda aprovecharse solo de pasada. Leer demasiado, llega a ser una distracción. Si no puedes leer todos los libros que posees, conténtate con poseer los libros que seas capaz de leer.
A veces – dices – quiero hojear tal libro, a veces tal otro. Empalagarse con muchas cosas es lo propio de los estómagos hastiados. Lo mucho y lo muy diverso, no nutre: contamina. Cíñete a los genios reconocidos y si para distraerte te complaces con lecturas diversas, retorna siempre a los primeros. Aprende cada día algo que te proteja un poco contra la pobreza, un poco contra la muerte y también contra otras calamidades. Y una vez hayas completado estas lecturas, escoge una para reflexionar durante el resto del dia.
Yo mismo hago tal cosa: de lo mucho que leo siempre retengo algún pasaje. El de hoy día proviene de Epicuro (suelo transitar en el campo adverso, pero no en tanto como tránsfuga sino como explorador):
«honorable » – dice – «es la pobreza feliz».
Pero en tal caso, si feliz, no la debemos llamar pobreza: no es pobre aquel que poco posee, sino aquel que mucho ambiciona. En efecto ¿Qué importa: cuánto se tiene en las arcas, cuánto se acumula en graneros, el ganado que se posee o el dinero colocado a interés? Si se codicia lo de otro, si lo que cuenta no es lo que ya se tiene sino aquello que se estima deber tener.
Si me preguntas cuál debería ser la medida de la riqueza: primero tener lo necesario, luego lo suficiente.
Que sigas bien.
Texto adaptado por Marc Alier a partir de las siguientes fuentes:“Seneca Volume IV Epistles, Volume I Epistles 1-65”, Harvad University Press: Loeb Classical Library 75, Transated by Richard M. Gummere Published January 1917. ISBN 9780674990845. Fuente que pertenece al dominio público.
http://stoics.com
https://es.wikisource.org/ Traducción del latín y notas por Antonius Djacnov (2009)
En cumplimiento de la licencia de Wikisource este trabajo está disponible bajo la Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 3.0. https://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/deed.es
Comentarios recientes