ZT 11 Errores de lógica y "El arte de pensar" de Rolf Dobelli
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En este episodio hablamos de cinco de los errores de lógica (o sesgos cognitivos) más comunes que cometemos todos, en cualquier momento y en cualquier lugar. Los explicamos con ejemplos y damos algunos consejos para evitarlos.
Detectar un error de lógica, superarlo y hacer eco de ello.
Crear un registro de errores de lógica que veis que cometéis vosotros u otras personas o que intentan que cometáis.
***
Contacta con nosotros y comenta lo que te parezca sobre este episodio. Deja un comentario a esta entrada, escribe a somos (a r r o b a) zetatesters.com o conversa en Twitter con @zetatesters.
Y es que el programa sobre la procrastinación de zetatesters podcast ya pasó. Pero, ¿sabéis qué? Terminé de escribir la entrada el día anterior a la grabación… pasada la media noche. Y lo peor de todo es que yo mismo me lo planifiqué así.Más adelante veremos porqué, o el porqué aparente.
Mi visión sobre el tema de la procrastinación se inspira vilmente en el mejor articulo sobre procrastinación del mejor blog de internet: Whait But Why (en serio, he perdido varios días este verano viviseccionando las entradas sobre Elon Musk, Tesla, Space X y similares) respeto, admiración y rock and roll.
Vamos a hablar de la procrastinación y como es un tema complejo, lo haremos por partes como Jack el destripador.
La procrastinación parte 1: El Mono de la gratificación instantánea, el decisor racional y el monstruo del pánico.
En nuestro cerebro hay 3 seres que se alternan al timón de nuestros actos. Como en inside out, pero más duro y real. Os los presento:
El decisor racional DR es el ser al que no le hace falta seguir a zetatesters. Sabe lo que quiere y lo que hay que hacer para conseguirlo, y lo hace! Este es el mío.
DR Decisor racional. Se parece a mi, hasta lleva gafas rosa.
Pero el decisor racional DR tiene miedo del segundo inquilino: el mono de la gratificación instantánea (MGI ). El MGI, es un mono y siempre se siente atraído por.. eso, la gratificación instantánea, y busca … pues eso: gratificación instantánea. Por eso nos hace consultar el móvil a cada momento, consultar twitter, youtube, facebook, mirar si hay algo en la nevera que no estaba hace 10 minutos y nos hace mirar episodios de series como «the flash» o cosas perores.
Os presento a MGI, mi mono de la gratificación instantánea. ¿A que es mono?
El MGI, Mono de la gratificación instantánea. Adorable y despiadado.
Pero el MGI a su vez tiene miedo del Mostruo del Panico PM. El PM se activa cuando se avecinan problemas. Por ejemplo se acerca un deadline para una entrega. Entonces el PM se despierta, ruge y el mono huye despavorido hacia la cima de un cocotero. Entonces del DR debe tomar el control bien rápido para evitar la debacle.
Retrato conceptual del PM, el monstruo del pánico.
No pude memorizar una imagen clara
porqué me da mucho miedo. De hecho hasta ni pongo bien sus
iniciales y le llamo PM.
La ley de Parkinson que descubrimos gracias a … Tim Ferris !! (hay más de uno que se bebe un chupito cada vez que menciono a este señor) … pero divago: la ley de Parkinson nos dice que trabajamos mejor cuando tenemos poco tiempo antes de la entrega. O algo así. El tal Parkinson todavía no tenia el modelo completo del DR, MGI y el PM, pero le perdonamos.
Parte 2. La Matriz de Eisenhower.
La matriz de Eisenhower, presi de los EEUU en su día, fué Popularizada en «Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva» de Stephen Covey, nos propone dividir lo que hacemos o tenemos que hacer en 4 categorías o, ya que están en una matriz de 4 partes o cuadrantes.
Veamos que significa cada cuadrante en un orden absurdo en el que me ha salido la cosa.
Q1 Importante y Urgente. En el Q1 es donde vive el Monstruo del Pánico. Es donde se hace un montón de trabajo, pero donde difícilmente vamos a ser creativos, o estar en control. Es donde la ley de Parkinson es efectiva, donde está el estrés y donde los productivi-nácis del GTD quieren que vivamos. Es donde somos productivos… pero seguramente no se trata de un buen lugar para existir siempre.
El Q4 – Es donde están las cosas NO Importantes y NO Urgentes, y pueden ser dos tipos de zonas, muy distintas.
Puede ser un jardín donde jugar sin prisas ni urgencias. Puede ser ese lugar donde exploramos el mundo y a nosotros mismos sin prisas ni presiones. Sin expectativas de obtener nada, pero es donde afloran nuestras pasiones, lo que nos excita, lo que nos da una conexión con el mundo. Es donde queremos ir y pasar nuestro tiempo de verdad. Es una playa casi desierta en una tarde de septiembre, es un viaje sin agenda, es un paseo por el bosque, es una tarde dibujando, o tocando la guitarra, una noche tomando cervezas con amigos charlando de la vida hasta que los bares cierran…. Es el jardín donde nuestro MGI !es King Kong!!!
Pero puede ser otro sitio muy distinto. Un sitio oscuro donde nos vemos arrastrados continuamente durante el día de forma inconsciente. Es donde vamos por no querer afrontar los que nos espera en otros Q’s. Es consultar el móvil compulsivamente, es mirar en Facebook cientos de fotos de gente con la que en realidad no queremos encontrarnos en la vida real – porque en ese caso ya nos ocuparíamos de verla, es responder a las provocaciones de trolls online, es jugar al Clash of Clans ( o sucedáneo). Es un lugar miserable, donde nuestro mono vive del subidón del azúcar por un like en instagram o un retweet ) … Es un lugar donde no hay inspiración. Es el jardín oscuro en el que demasiados y demasiadas desperdician su existencia. Yo mismo he pasado allí alguna temporada que otra.
El Q3 es donde esta lo NO IMPORTANTE y URGENTE, es otro sitio oscuro con la fuerza de gravitacional de un agujero negro. Es donde hay cosas Urgentes para OTRAS personas, no para nosotros. Pero es un lugar donde a nuestro MGI le gusta estar. Es donde puedes hacer cosas por otros a cambio de cosas como reconocimiento, agradecimiento y, al fin y al cabo, halagos a tu ego... algo que al MGI le gusta más que a mi hijo Teo los Lacasitos – o «tasitos» como el dice.
El Q2 es ese sitio inhóspito donde habita lo NO URGENTE y IMPORTANTE, y es – junto con la versión luminosa y jardinera del Q4 – es de donde van a salir la mayoría de las cosas positivas en nuestras vidas y andanzas.
Es donde vamos a hacer ejercicio, comer sano, hacer planes detallados, proponer-nos retos, hackear nuestra vida para activar hábitos positivos, llamar o visitar a los amigos y familiares que realmente queremos en nuestra vida – no los que seguimos en facebook. Es donde meditamos – Carles en la ducha , yo en la playa – que es cuando podemos tener una conversación civilizada con nuestro MGI para saber exactamente que es lo que queremos.
Veamos que hacer con la matriz de Einsenhower.
La estrategia de los gurús de la productividad es :
Normalmente los gurús de la productividad aborrecen el Q4, no tienen mi visión positiva – y del autor de Whait but Why – del Q4 donde un lugar donde ser feliz y sentirse inspirado. Tim Ferris – !a beber! – nos dice que hay que buscar aquello que nos excite – quizá traducción no es la mejor del mundo, pero para Ferris «excitación» es el opuesto al aburrimiento y en ese sentido nos vale.
Creo que los Gurús de la productividad tienen un problema chungo de adición al trabajo. Y su modelo no me va.
A mi me gusta el Q4, en su versión luminosa, vibrante. No en su versión oscura, aburrida y autodestructiva. Es como si en el !4 están los dos lados de la fuerza.
!OMFG el Q4 es como la Fuerza!! Pedazo metáfora.
¿O es un símil?…. Ludo : Focus!!
Pero para el procrastinador lo que sucede es que la matriz de Eisenhower funciona de forma disfuncional. Bueno.. esto:
Pero esta visión, es limitada y requiere un análisis más detallado de los distintos perfiles del procrastinador y su relación con la Matriz.
Parte 3 : los procastinadores.
Hola, me llamo Ludo ( y Marc, es que soy un tío complejo… como los ogros) y soy procrastinador.
Según Tim – el autor de Whait But Why (WBW), no Ferris, no hace falta beber esta vez- hay 3 tipos de procastinadores:
1) El Fracastinador.
El fracastinador vive en el Q4. Según WBW esto se debe a dos causas:
a) Su MGI ya no se asusta del MP.
b) En su entorno no existen estímulos que despierten al MP.
WBW pone los eternos estudiantes de doctorado como grandes fracastinadores, no le falta razón – mi doctorado duró 10 años- … pero hay muchos grupos más que no voy a mencionar por prudencia. Sin que sirva de precedente, seré prudente. (!pedazo de rima!)
2) El impostinador
El impostinador puede parecer una persona productiva. Pero en realidad es un impostor, es un procastinador con un Mono listillo. El impostinador tiene un truco: el Q3.
El impostinador y su mono viven en el Q3 y se pasan el día respondiendo emails, haciendo llamadas, atendiendo a reuniones, haciendo listas ( y checklists )… si le juzgamos por el tiempo que pasa fuera del jardín oscuro es una máquina.
Pero en realidad no avanza ni hace avanzar las cosas. Solo se mantiene ocupado.
Conozco demasiados impostinadores. Yo mismo he pasado por épocas de impostinación, pero no demasiadas.
Pero creo que actualmente estoy fuera.
3) El triunfastinador
El triunfastinador ha superado el fracastinador y el impostinador, y empieza a triunfar relativamente en la vida. Tira pa lante. O como diria un Ludo: Get’s Shit Done ( GSD).
¿Como lo hace?
El triunfastinador ha generado un gran Q1. No un Q1 que en realidad es un Q3 como el impostinador. Un Q1 de verdad. Tiene responsabilidades reales y marrones que llaman a su puerta continuamente y mantienen a su mono a raya.
Pero el triunfastinador sigue siendo un procrastinador. Tiene un mostruo del panico con estrés y su mono esta asustado en el cocotero. Su DM va como un loco y no sabe hacia donde va, pero sabe que va a alguna parte.
Pero no es una existencia agradable. Hay mucho estrés. No es sano i es sostenible.
Hasta hace muy poco yo he pasado por una época de triunfastinación, hasta es posible que tenga un pié en ella.
Y… Hacia donde quiero ir.
Quiero ser una clase de procrastinador que WBW no identifica, pero que veo a mi alrededor – en pocas cantidades, pero existen indicios de su existencia.
El procastinador feliz.
Que debe hacer un procastinador feliz.
Mi opinión es que si queremos ser procastinadores felices, debemos decidir cuando estar en el Q2 y en el Q4, minimizar nuestra existencia en el Q1 y mandar el Q3 a Mordor.
Ivan Peña nos hable de este estado como «Fluir», en un comentario al programa sobre la procrastinación en el que cuento esto que acabo de escribir. Ivan en su comentario tiene cierto desdén sobre las técnicas de productividad porque … igual que yo … entiende que nos transforman en unos locos workaholicos. Precisamente he fundado mi club de fans de Tim Ferris, porque habla de usar técnicas de productividad a saco – a veces haciendo trampillas, como dice Coke – pero para tener más tiempo para hacer lo que realmente queramos. Y eso solo esta en una zona neutral entre el Q2 y el jardín luminoso del Q4.
Y participo en el proyecto Zetatesters para aprender como y ponerme retos para hacerlo.
Veamos ahora dos sesgos cognitivos que nos ocurren a diario: el efecto encuadre y la prueba social.
El efecto encuadre
Un problema puede ser un reto o un marrón dependiendo de cómo te ha llegado, de los recursos que tengas o de tu estado de ánimo. Todos estos factores encuadran el problema de tal manera que lo ves de forma constructiva o derrotista. Eso es el efecto encuadre:
Sacar diferentes conclusiones a partir de la misma información, en función de cómo se presenta esa información.
Un ejemplo tecnológico: quieres comprar una cámara de fotos y el vendedor te muestra dos modelos: uno con 10 megapíxels y el otro con 14 megapíxels. ¿Cuál eliges?
Al comprar una cámara digital, mucha gente tiene en cuenta la resolución de imagen y poca cosa más. Ese es su encuadre y eligen la cámara con más megapíxels. Pero hay otros factores que determinan la calidad de las fotografías como el tamaño del sensor o la óptica de la cámara. En su día yo elegí la de 10 megapíxels por esa misma razón: mayor y mejor sensor y óptica más buena.
Cómo nos presentan la información influye notablemente en nuestra valoración. Rolf Dobelli cuenta en su libro «El arte de pensar. 52 errores de lógica que es mejor que cometan otros» como en un estudio presentaron carne 99% libre de grasa y carne con 1% de grasa a un grupo de personas. Los encuestados valoraron como más sana la primera carne aunque era la misma. Incluso al presentar carne 98% libre de grasa frente a carne con 1% de grasa la mayoría se decantaba por la primera a pesar de que contenía el doble de grasa que la segunda.
Un último ejemplo del efecto encuadre es el típico vaso con la mitad de cerveza. ¿Está medio lleno o medio vacío? Hay quien dice una cosa u otra y el vaso es el mismo. Hay quien dice que está totalmente lleno porque también contiene aire y hay quien dice que hay que beber lo que queda y pedir otra cerveza… 🙂
La prueba social
Cuando quiero comprar algo voy directo a Amazon, independientemente de si lo compraré allí o no, lo primero que hago es mirar cuántas estrellas tiene de valoración media ese producto. También miro la cantidad de valoraciones que tiene. Luego me entretengo a leer varias de las reseñas.
Si hay cientos de valoraciones y la media es superior a 4.2 estrellas, me influye positivamente. Lo mismo ocurre con las valoraciones que leo. Es un claro ejemplo de prueba social:
La tendencia a hacer (o creer) lo que muchos otros hacen (o creen).
La gente de marketing usa la prueba social constantemente. Imagina que estás en la landing page de un producto que te seduce pero tienes dudas… Entonces llegas a la sección de testimonios y ves las fotos, nombres, cargos y comentarios positivos de personas que usan ese producto. Más prueba social (y efecto encuadre porque han elegido los clientes satisfechos, no los insatisfechos).
El último ejemplo es muy cotidiano. Estás en un barrio o ciudad que desconoces y tienes que cenar. Ves dos restaurantes, en uno casi no hay clientes, en el otro apenas has mesas libres. ¿Qué restaurante eliges? ¡El segundo! Toda esa gente debe saber algo que tú no sabes: buena relación calidad/precio, comida exquisita… Aunque eso tampoco te garantiza al 100% que es mejor que el primer restaurante.
La prueba social es la madre de las burbujas económicas, de las modas y de las dietas del momento. En algunos casos la prueba social puede servir y en otros simplemente nos arrastra cual rebaño a un sitio que no sabemos sí realmente queríamos ir.
Sesgos cognitivos, errores de nuestra mente que cometemos a diario y que afectan muchos ámbitos de nuestras vidas: comprar, vender, ligar, decidir, evaluar, juzgar…
Reconozco que la expresión «sesgo cognitivo» no es muy sexy. Supongo que mucha gente no sabe que es hasta que se lo explican. Una auténtica lástima porque conocer un poco como falla nuestra mente es algo de gran valor. Saber los errores de lógica que cometemos sistemáticamente no nos hace inmunes del todo pero nos ayuda en muchos casos. Sobre todo en ocasiones de vital importancia, si tenemos la suerte de poder detenernos a reflexionar, conocer los sesgos cognitivos nos puede ser realmente útil.
Pero dejémonos de perorata y pongamos ejemplos.
Una vez descubrí un curso sobre storytelling en podcasting. El curso consistía en una serie de vídeos y lo impartía Alex Blumberg (que admiro mucho por su labor podcastil). Costaba casi cien dólares. Fui a la web, introduje mi dirección de correo, lo añadí al carrito pero a última hora me rajé (cien dólares son cien dólares).
Al cabo de unos días recibí varios mensajes de correo que me recordaban que tenía en mi carrito de la compra el curso pendiente por comprar. Los ignoré hasta que recibí otro mensaje en el que me hacían un 25% de descuento durante 72 horas. Con la VISA en los dientes, abrí el enlace y compré el curso.
En este caso fui víctima de dos sesgos cognitivos:
El efecto ancla
El error de la escasez
El efecto ancla
El efecto ancla se produce cuando confiamos demasiado en un dato (el ancla) al tomar decisiones, normalmente el primer dato que adquirimos en un asunto.
Por ejemplo, te vas de vacaciones a Turquía. Estás en la maravillosa Estambul y visitas el Gran Bazar. Preguntas cuánto cuesta un juego de vasos para tomar té. El vendedor te dice un precio: 70 liras turcas. Ahí ha puesto una ancla. Luego hay un ritual de regateo y te vas feliz porque lo has comprado con una rebaja considerable: sólo 40 liras turcas.
El ancla eran 70 liras turcas. Tú no tenías la más remota idea de qué podría costar ese juego de té. Tus decisiones siguientes fueron en función de ese 70. Cuando el vendedor te dijo: «40 liras, de ahí no bajo» y aceptaste, caíste en su trampa.
Probablemente el juego de té cueste 40 liras turcas, o incluso menos. Si te hubieran dicho que el precio era 40 liras sin regateo, quizá no lo hubieras comprado. Pero comprar algo por 40 que vale 70 mola más.
El efecto ancla me hizo entender por qué se regatea en muchos casos: para dar la sensación de chollo gracias al efecto ancla, aunque estés comprando el producto al precio que toca (o más caro en algunos casos). Además, al no haber precios visibles, el vendedor puede decirte un precio en función de la cara de pardillo que tengas o de tu poder adquisitivo al fijarse en tu indumentaria y accesorios.
En el ejemplo del curso que quería comprar el ancla eran los 99 dólares que costaba el curso. Al no decidirme a comprarlo tras varios intentos, decidieron usar el error de escasez para acabar de convencerme.
El error de escasez
Si hay menos de algo, lo queremos más. Cuando valoramos más alguna cosa porque escasea caemos en el error de escasez.
A menudo decidimos posponer una decisión, por ejemplo la compra de un producto. En muchos casos esa compra nunca se produce. Sin embargo, si nos dicen que hay unidades limitadas o que sólo dura un tiempo determinado, nos fuerza a tomar la decisión más deprisa y muchas veces picamos en el anzuelo.
Cuando recibí el mensaje de correo en el que me hacían un 25% de descuento durante 72 horas no dudé en comprarlo. La escasez de la oferta me obligó a tomar una decisión.
Mi «razonamiento» fue: «Me ahorro casi 25 dólares si lo compro ahora. Luego será más caro.»
Efecto ancla + Error de escasez es una combinación que usan a menudo las empresas para hacernos consumir. Y caemos en la trampa una y otra vez. Incluso sabiendo estos errores de lógica podemos caer en ellos.
Pero conocerlos también ayuda a evitar estas artimañas, especialmente si tenemos tiempo para reflexionar (aunque la oferta por tiempo limitado te lo ponga complicado).
Usa el efecto ancla y el error de escasez a tu favor
No digo que haya que timar a nadie. Simplemente que no tienen por qué ser sólo las empresas las que usen estos trucos. Si tienes un producto, debes negociar o quieres vender algo de segunda mano, úsalo a tu favor.
Si no echas el ancla, probablemente lo haga el otro. En ese caso puedes intentar que no te afecte pero es bastante complicado porque de algún modo ya lo habrá hecho. Pon un plazo de tiempo inminente para que no pospongan la decisión.
Del mismo modo, si te dice algún vendedor: «La oferta que te hago sólo es válida para ahora» puedes responder con «Mi interés por su oferta también se limita a estas condiciones. Quizá venga mañana y lo compre a este precio pero si su oferta no es vigente ni me molestaré en volver.»
***
He puesto ejemplos basados en compra de productos pero el efecto ancla y el error de escasez se producen en muchos otros ámbitos. Un ejemplo rápido, en una clase de 29 chicas y 1 chico está claro que el chico será mucho más valorado que si fuera una clase de 15 chicas y 15 chicos.
En el episodio 11 de zetatesters pondremos más ejemplos de estos errores de lógica y explicaremos algunos más. Podéis contarnos lo que pensáis al respecto dejando un comentario, escribiendo a somos (a r r o b a) zetatesters.com o en Twitter (@zetatesters).
¡Ya llevamos dos cifras! En el décimo episodio hablamos sobre procrastinación o el «arte» de dejar para mañana lo que podrías hacer hoy. En Delicatessen, Marc nos recomienda el libro «Bla bla bla» de Dan Roam.
Procrastinación
Los habitantes de nuestra mente:
El Decisor racional
El mono de la gratificación instantánea
El monstruo del pánico
Ley de Parkinson: una tarea se expande al tiempo que tiene asignado.
Nos cargamos las teorías de los gurús de productividad y reivindicamos la procrastinación como un jardín en el que ser feliz, explorar y aprender. Cierto es que también puede ser un jardín oscuro en el que perdemos tiempo con acciones compulsivas y vacías.
Contacta con nosotros y comenta lo que te parezca sobre este episodio. Deja un comentario a esta entrada, escribe a somos (a r r o b a) zetatesters.com o conversa en Twitter con @zetatesters.
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