En los inicios de cualquier proyecto los cumplidos que recibes son un buen combustible para seguir adelante con ganas.
En zetatesters sólo llevamos cinco episodios pero ya hemos recibido feedback positivo por Twitter, por correo electrónico o de personas que conocemos. Cada vez que recibimos un cumplido lo compartimos en nuestro grupo de WhatsApp y lo llenamos de sevillanas. Señal de que vamos muy bien encaminados.
O no…
Tenemos que ir con cuidado porque podemos caer fácilmente en el sesgo de confirmación (confirmation bias). El sesgo de confirmación es uno de los errores de lógica que más cometemos las personas. Es la tendencia a interpretar la información que nos llega para que sea compatible con nuestras teorías, creencias o ideologías. Dicho de otro modo, buscamos información que concorde con nuestras teorías y descartamos las nuevas informaciones que las contradicen.
Parece ser que el sesgo de confirmación es más fuerte con temas más emocionales como la religión o la política. También aparece con más frecuencia cuando hemos invertido mucho tiempo y/o esfuerzo en algo.
La realidad es que hemos recibido cumplidos y eso significa que lo que hacemos gusta. Pero no implica que guste a todo el mundo. Hay personas que no habrán dado feedback negativo porque no suele hacerse. ¿Para qué tomarme la molestia de contactar con alguien si le voy a decir algo «malo»?
También ha habido algunas opiniones de personas cercanas que nos han dicho cosas que no están tan bien. En proporción han sido menos pero ahí están.
Supongamos que en zetatesters pensamos que lo estamos haciendo muy bien (es un ejemplo, sabemos que tenemos mucho margen de mejora ;-). Si sólo nos fijamos en los cumplidos, estaremos confirmando nuestras teoría y seremos víctimas del sesgo de confirmación.
«Los hechos no dejan de existir sólo por obviarlos» ~ Aldous Huxley.
Otro ejemplo, supón que quieres comprarte un smartphone en Amazon. Te gusta mucho ese modelo y conoces bien sus puntos fuertes. Es un poco caro y decides leer las reseñas de los clientes que lo han comprado. Si haces como la mayoría, te fijarás más en las reseñas positivas que en las negativas. De nuevo, víctima del sesgo de confirmación.
El ejemplo anterior lo he vivido en persona varias veces. Me obligo a leer las reseñas negativas pero hay ocasiones en las que mi mente las desprecia con alguna excusa porque yo ya tengo la idea de que quiero comprarme algún cacharro nuevo. Dicen que a la hora de comprar, elegimos primero con las emociones y luego nos justificamos con razones.
Buscar pruebas refutatorias
¿Qué podemos hacer para evitar el sesgo de confirmación? Buscar activamente pruebas refutatorias de nuestras teorías. Según cuenta Rolf Dobelli en «El arte de pensar. 52 errores de lógica que es mejor dejar que cometan otros» Charles Darwin usaba esta técnica para combatir sistemáticamente el sesgo de confirmación:
«Cada vez que sus observaciones contradecían sus teorías, se las tomaba especialmente en serio. Siempre llevaba consigo un cuaderno de notas y se obligaba a anotar las observaciones que entraban en contradicción con sus teorías en un plazo de treinta minutos».
Fomentar el desacuerdo constructivo
Cuando estamos en una organización puede ocurrir que el sesgo de confirmación lo sufran algunas personas. Según Chip Heath y Dan Heath, autores de «Decídete: Cómo tomar las mejores decisiones en la vida y en el trabajo en estos casos se puede fomentar el desacuerdo constructivo, es decir, encargar a una o más personas que hagan el papel de abogado del diablo ante propuestas de alto riesgo. Su rol: proteger la organización.
Según cuentan en su libro, la Iglesia Católica usó un «abogado del diablo» para las decisiones sobre canonizaciones. Esta figura se conocía como promotor fidei, el promotor de la fe, y su rol consistía en construir un caso contra la santidad. Juan Pablo II eliminó en 1983 esta figura, acabando con 400 años de tradición. Desde entonces, la canonización de santos se ha hecho a una velocidad 20 veces superior que en la parte temprana del siglo XX.
Lo destacado de usar un abogado del diablo no es el hecho de tomar una postura contraria, es la necesidad de interpretar las críticas como una noble función.
La alternativa a crear disensión es buscarla. Si no has encontrado oposición a una decisión es que no has buscado lo suficiente.
El desacuerdo constructivo consiste en rodearse de gente que cuestiona el pensamiento de los que mandan. Lo peor que puede hacer un jefe es rodearse de ovejas sumisas que dicen amén a todo. Son un peligro para el buen desarrollo de cualquier organización.
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